dioses no me deis
una compasión
medida
unos
sentimientos apagados
unos deseos
reprimidos
dadme
el anhelo
aquel
que cabe
en
las manos de una madre
cuidando de su niño
no me deis la
seguridad
del político
del director
de banco
del
empresario
del profesor
dadme
la entereza
de
aquel que no tiene nada
pero
siente que la tierra que pisa
es
su tierra
no
me deis la distinción
del
famoso
del
pudiente
del
celebre
del
ilustre
del
importante
dadme la
elegancia
del indígena
que vive libre
en
su aldea
no me deis
la fe
de los
devotos
de los
convencidos
de los
piadosos
de los
fervientes
dadme
la fe
del
sembrador
que
espera una buena cosecha
del
pescador
que
echa sus redes a la madrugada
de
la mujer gestante
no
me deis certezas
ni
convicciones
ni
doctrinas
ni
dogmas
las
cambio todas
por
el fuego de la adolescencia
y por sus
dudas
dadme
la seguridad
del niño
que vive
tranquilo jugando