quiero seguir oyendo
el canto del cuco
y del picapalos,
el croar de sapos y
ranas
quiero seguir
sintiendo
la lluvia fría en la
piel,
miedo frente a las
tormentas,
sobresalto ante los
rayos
quiero seguir
sintiendo
la algarabía de los
niños,
la belleza del horizonte,
el amor de los
animales
quiero seguir
sintiendo
tu voz alegre y
profunda,
tu sabor a verdad
no quiero estar
en un mundo de
seguridades,
de naturaleza
enjaulada,
de deseos reprimidos
no quiero verlo
ni sentirlo
ni oírlo
en pantallas,
ni en habitaciones
cerradas,
ni en ilustres
museos,
ni en parque
temáticos,
ni confinado en
parques naturales
ni estudiarlo en
universidades