que nuestra vida
no se quede en nada
que no se diluya
en el océano
del quehacer del tiempo
que no se pierda
siguiendo amores,
que no sean de carne y hueso,
o no correspondidos,
o imposibles
que no quede enjaulada
en nuestro cuerpo
en nuestro ego
en nuestra mente,
que se expanda
que no se enrede
en resentimientos,
que la multitud sea superada
no nos merecemos
vivirnos a medias,
no nos conformemos
con solo existir,
con ir tirando
que nuestra vida
no quede atrapada
en pautas inconscientes,
en el pasado encerrada
que no nos quedemos
en los límites imaginados,
en techos cristal,
en bordes de abismos,
son espejismos
que no amemos solo
el mundo visible,
sino también
los mundos sutiles
que queramos ver
que queramos oír
que queramos sentir
la llamada de la madre,
de la tierra,
de nuestro verdadero yo
nuestra vida
que no se pierda
en bellas palabras,
en meros adornos,
en la circunstancial belleza
que no nos quedemos dormitando
oyendo los canto de sirenas
con la voz dulce
de la conformidad
que no nos quedemos solo
en un mero existir